La navaja tradicional francesa OPINEL, conocida por todos, ahora con colores muy llamativos y puntas redondeadas especiales para los más pequeños.
Una pequeña
navaja, diseñada en el corazón de los Alpes, en Savoie, que hoy es conocida
mundialmente como una gran compañera para nuestro día a día.
Aquí os dejamos algunas de las nuevas versiones Opinel trekking en colores verde manzana, mandarina y berenjena, además de la clásica de madera de haya con barniz natural (encuentra todos los colores aquí (Opinel Colores POP, Opinel Orígenes)
También podéis encontrar esta mítica navaja en versión de punta redondeada y también diversos colores para los pequeños aventureros. Mi Primer Opinel
Navajas de
colores llamativos, para encontrarlas fácilmente en el campo. Compañeras fieles
para cualquier situación.
Citadel es una marca creada en Camboya en 1999, por un empresario francés atraído por el arte y la ciencia de su fabricación de hojas de navaja. Emplea a artesanos y herreros altamente calificados para forjar a mano sus productos que han ganado interés inmediato y mundial con una reputación de calidad.
Las hojas
forjadas a mano hacen que estos productos sean únicos y hermosos. Hechas por
hombres con sus manos y sus corazones, todas las navajas de la Ciudadela son
compañeros únicos y fieles para toda la vida.
Los cuchillos no son idénticos, al ser totalmente artesanales puede haber pequeñas diferencias en el tamaño de la hoja, de los mangos, el color… y esto es lo que le da ese toque tan único y especial.
Las navajas AIZTO BIG y AIZTO MEDIUM están fabricadas con hojas de acero carbono DNH7 y mango de búfalo. Además incluye una decoración en el lomo realizada con lima. Incluyen cordón fiador.
Sus hojas son de 9 y 8 cm respectivamente, dos hermanas muy dinámicas que es un lujo tener como compañeras de aventuras.
Piezas únicas, fabricadas a mano para tener unos acabados especiales y exclusivos, no hay dos iguales. Además, debido a lo trabajoso de su fabricación se realizan en series muy pequeñas, de unas 10 o 15 de piezas cada vez, por lo que lleva un tiempo conseguirlas una vez que se acaban, ¿te quedarás sin la tuya?
Las primeras referencias documentales de la existencia de la navaja datan
del siglo XV, no se sabe con certeza si fue inventada por los musulmanes o por
los castellanos, aunque hay que destacar que en la época en la que aparecieron,
la península tenía gran influencia musulmana.
Uno de los grandes núcleos de nuestro país, en cuanto a cuchilleros se
refiere, se encontraba en la ciudad de Albacete y el primer cuchillero del que
hay datos es Alonso Fernández. La navaja se generalizó rápidamente, puesto que
el uso de espadas y armas por el estilo quedaba totalmente restringido a los
nobles y la milicia. Así, las navajas de bolsillo servían para defenderse y se
podían llevar sin apenas molestia debido a su pequeño tamaño y poco peso. Con
su gran extensión también llegaron a los ladrones y atracadores, quienes,
debido a la facilidad que ofrecían las navajas para ocultarlas y a su punta tan
afilada se convirtieron en una de las armas más usadas, lo que llevó a su
prohibición y casi extinción. A pesar de lo cual, afortunadamente para esta
profesión, finalmente se levantó esta prohibición y se pudo continuar
manteniendo e innovando en la tradición de la cuchillería.
Durante el siglo XVII se generaliza el uso de la navaja, espadas, armas
cortas y tijeras de escritorio, lo que provocó que aumentara en gran medida su
demanda. Ya en esta época fue mencionada en la literatura de Miguel de Cervantes
la navaja clásica. De finales de este siglo se conservan numerosas
piezas.
En el siglo XVIII Albacete experimenta una gran expansión, llegando a
convertirse en uno de los grandes centros cuchilleros más importantes de
Europa. Este se conoce como el siglo de oro de la cuchillería de Albacete. Por otro
lado, también se debe mencionar otros núcleos importantes de cuchillería de la
época como eran Francia, Inglaterra y Alemania.
Con la llegada del ferrocarril en el siglo XIX se abarata el transporte de materias primas y, además, se favorece en gran medida la comercialización, es en esta época cuando aparece la figura del vendedor con el cinto en la estación. Gracias a todos estos factores la cuchillería de Albacete se expande por toda España e incluso Europa.
Monumento al Cuchillero de Albacete
En el siglo XX con la mecanización del sector, la cuchillería de Albacete
sufre una gran crisis, ya que la gran mayoría de los fabricantes se ubicaban en
pequeños talleres familiares y unipersonales que realizaban todo el trabajo a
mano, por lo que no eran competitivos en comparación con los talleres
mecanizados, mucho más rápidos y productivos, lo que terminó por obligar a gran
parte de ellos a cerrar y a los que decidieron mantenerse, tuvieron que
integrar procesos mecanizados en su producción.
En el siglo XXI las fábricas que resistieron mecanizando su producción se
enfrentan a un nuevo problema, las importaciones asiáticas que, a pesar de ser
de peor calidad, son muy similares y a un precio muy inferior, por lo que le
han hecho mucho daño a la cuchillería tradicional de Albacete. Para poder
combatir este nuevo problema los cuchilleros nacionales han tenido que salir a
mercados internacionales, exportando sus productos, ya que a pesar de tener un
mayor precio que las copias asiáticas la cuchillería de Albacete es de gran
calidad y esto la hace diferenciarse del resto.
La ubicación de los principales focos cuchilleros en Albacete también ha ido evolucionando con el paso de los años y las diferentes necesidades de cada época. Así, en el siglo XVII la mayoría de los talleres se encontraban concentrados en la calle Zapateros y una pequeña parte de ellos en la puerta de Chinchilla. En el siguiente siglo, la zona de la puerta de Chinchilla se extendió también a las calles limítrofes y en la calle Zapateros apenas quedaron un 30% de ellos. Más adelante, el siglo XIX podemos dividirlo en dos: hacia 1847 el 65% de los talleres se encontraban ubicados alrededor de la plaza de Carretas, mientras que ya en el año 1887 el 60% se encontraba en el Barrio San José y más del 20% en la C/ Santa Quiteria. Finalmente, con la llegada del Polígono Industrial Campollano la mayoría de los cuchilleros trasladaron allí su taller para poder estar cerca tanto de la competencia, como de los proveedores de todo tipo de materias primas para su producción, manteniéndose su ubicación hasta el día de hoy, aquí es donde nos encontramos nosotros, junto con todos los grandes profesionales del sector.